miércoles, 19 de junio de 2013

Capítulo 18


Cuando acabó de explicar la historia me limpie las lágrimas y le dije: 

-Abuelo, ¿porqué no denunciaste al hijo de puta que esterilizó a la abuela? Porque no podéis vivir sin explicar la verdad, ¡el mundo lo ha de saber!

-Aibeleen, lo he intentado, de todas formas posibles pero el estado no quiere que este secreto salga a la luz. Aibi, necesito que nos entiendas, la abuela y yo estábamos desesperados para tener un hijo y Kai necesitaba padres, ¿qué tiene de malo que le diésemos lo que necesitaba?

Estaba a punto de decirle que no me importaba, que me daba igual y que sentía mucho habérselo decido a mi madre que era adoptada, quería que volviésemos a ser como antes, pero cuando estaba a punto de decirle todo eso entró la abuela.

-Kai acaba de irse, no quiere saber nada de nosotros. James, acabamos de perder a nuestra hija. Entonces me miró y me dijo- ¡Tú! ¡Tú eres la culpable de que haya pasado esto! ¡No te quiero ver más, no quiero escuchar tu nombre! ¡Vete y déjame en paz!

No me podía creer lo que estaba pasando, ¿como podía ser que la abuela me estuviese desterrando de la familia?

-Abuela, no lo estarás diciendo en serio…-dije asustada.

-¿No me has entendido? ¡No te quiero ver más, ya no soy tu abuela, así que vete, vete y no vuelvas más!

Miré al abuelo buscando ayuda, pero bajó la mirada y no dijo nada.

Salí de esa casa sabiendo que nunca más podría volver, que lo que había vivido en esa casa era una época acabada de mi vida.

-¿Quiere un taxi señorita?- me dijo un taxista.

Me giré una vez más para ver ese lugar y me lo guardé en mi memoria, el jardín donde tomaba el té con los abuelos, la casa, etc.

-Por favor, hacia Columbia.


Esa vez fue la última que vi a los abuelos.

                                                                                                                            
Escritora: @AinaRib
Bueno, éste es el último capítulo de la novela. Espero que os haya gustado y mcuhas gracias a aquellas personas que la han leido. No se si colgaré más novelas, pero espero que si.
Os queremos.

sábado, 15 de junio de 2013

Capítulo 17



-¡Hola, James! ¿Qué tal, hermanito?

Estuvimos dos semanas con ellos hasta que un día, sentados en el jardín de mi hermano, la abuela me dijo:

-James, no puedo seguir así, des de pequeña mi sueño es ser madre y no podré hacerlo realidad. No puedo continuar viviendo así James, ¡no puedo!- me dijo ella a punto de llorar.

En ese momento nosotros no lo sabíamos, pero esa conversación la escuchó la mujer de mi hermano y se puso a preparar el regalo de Navidad.

Entonces Chicago era una ciudad muy pobre, y mucha gente abandonaba a sus hijos en los orfanatos. Claire, que era asistenta social, estaba trabajando cuando recibió la noticia de Kai. Kai era un bebé que se lo habían encontrado en la escena de un crimen, estuvieron buscando algún familiar suyo pero no encontraron a ninguno, y cuando se la dieron a Claire porque le encontrase una familia, lleno todo el papeleo para que fuese nuestra hija.

Era el día de Navidad cuando la recibimos, nos acabábamos de levantar, estábamos todos al lado del fuego escuchando a uno de los hijos de mi hermano que estaban cantando villancicos, cuando por la puerta entro Claire con ella. Su llegada iluminó la sala, esos ojos azules y esa piel tostada iban a juego con esa sonrisa tan bonita.


-Mary, James, os presento a vuestra hija, Kai Smith- dijo mientras se la entregaba a Mary. Cuando sus ojos se cruzaron con los de Kai, le sonrió, y desde ese momento supe que nuestra familia estaba completa y que no importaba los problemas que tuviésemos, siempre estaríamos juntos.

                                                                                                                               
Escritora @AinaRib

viernes, 14 de junio de 2013

Capítulo 16


-Señores Smith, antes que de que hagan nada, necesito que lean esta carta. Me han dicho que se lo de antes de que empiecen a protestar.

Y entonces lo vimos, una carta firmada por el señor Nuddle. La abrimos con las manos temblando y leímos el contenido: decía que le habíamos arruinado la vida, y que él había hecho lo mismo con nosotros. Había pagado a aquel médico para que extrajera el feto de la barriga de Mary y le atase las trompas de Falopio para que no pudiera tener hijos.
 
Eso fue un golpe muy duro para nosotros, del día a la noche habíamos perdido nuestro hijo y ya no tendríamos la oportunidad de tener más. Tu abuela cambió a partir de ese día: ya no se reía, ya no cocinaba, ya no comía, era como si su alma hubiese desaparecido. La gente empezó a preguntar qué había pasado con nuestro hijo y por qué había abortado. Dos meses después nos mudamos a otro estado.

Intenté hacer todo lo posible para recuperar a tu abuela pero no reaccionaba, solo podía pensar en el hijo que había perdido, hasta llegar a Chicago.


Llevábamos un año recorriendo todo el país cuando fuimos a Chicago para visitar a mi hermano. Cuando llegamos nos encontramos con un Jack diferente, ya no era el hombre irresponsable,  había conseguido un trabajo estable y era padre de dos hijos.

                                                                                                                           
Escritora @AinaRib

jueves, 13 de junio de 2013

Capítulo 15


Desde los años 20, los Estados Unidos habían estados experimentando con la eugenesia.  La eugenesia es un pensamiento que dice que las razas inferiores (negros, discapacitados mentales, criminales, etc) no se pueden reproducir. Durante los años 20 y 30 se esterilizaron más de 45.000 negros, discapacitados mentales y criminales para que no se reprodujesen, pero todo y que en teoría estos experimentos ya se habían llevado a cabo durante los años 60, aún quedaba gente que continuaba haciendo estos experimentos, y uno de ellos era Tom Niddle.

Después de que el centro comercial se anulase, recibimos varias cartas de amenaza del señor Niddle, pero nunca nos lo tomamos en serio. Éste fue el mayor error que cometimos.

Mary ya estaba en el noveno mes, cuando nos llamaron del médico diciendo que habíamos de ir a hacer una revisión de última hora para ver si el feto estaba bien.  Cuando llegamos le dijeron a Mary que se estirara en la cama y que en un momento la atenderían.

Ese médico nos quitó la vida.

Yo estaba al lado de Mary cuando de repente, en medio de la revisión el médico nos dijo que había un problema con el niño y que la tendrían que llevar a quirófano urgentemente. Cuando estábamos allí en medio del reconocimiento, Mary se puso a chillar que le habían sacado el hijo. Yo no me la creí, le dije que no podía ser, pero cuando vi la mirada del médico supe que alguna cosa iba mal. De repente el médico dijo…

                                                                                                                              
Escritora @AinaRib


martes, 11 de junio de 2013

Capítulo 14


Cuando llegó la época en que queríamos tener hijos, la abuela no lo conseguía. Entonces, cuando estábamos a punto de perder la esperanza, la abuela fue al bosque y le pidió al árbol un hijo. Dos meses después, el médico nos dijo que estaba embarazada.

 Esa noticia cambió nuestra vida, ¡por fin podríamos ser la familia que queríamos ser! A lo largo del embarazo, Mary desarrollo un sentimiento de afecto hacia el árbol pintado. Decía que le había dado un hijo y que ella nunca lo abandonaría, pero entonces llegó el señor Tom Niddle.

Tom Niddle era un hombre de negocios que se había convertido en el alcalde de Durham a base de amenazas. Des del primer día que gobernó la ciudad cambiado, ya no se respiraba ese aire de complicidad entre los ciudadanos, la gente ya no confiaba los unos en los otros y se dejaron de hacer muchas cosas, como festivales o reuniones que hacían la unión del pueblo.

La abuela estaba en el quinto mes de embarazo, cuando el periódico publicó la noticia de que el alcalde destruiría el bosque de las hadas para hacer un centro comercial. Esa noticia le sentó muy mal a la abuela y, después de que se publicase ese artículo, se unió al grupo de protesta de los ecologistas de la zona. Durante los tres meses siguientes fuimos cada día a la protesta y a cada reunión a favor de ese bosque, y la abuela fue una de las personas que consiguió que al final se anulara el proyecto y que el bosque se quedase como estaba.


No sé porque el Sr. Tom Niddle le cogió manía a la abuela, puede que fuese porque era una mujer, o porque fue la que más insistió, pero esa manía nos destrozó la vida.

                                                                                                                      
PD: Ya queda poco para acabar la novela
Escritora: @AinaRib

domingo, 9 de junio de 2013

Capítulo 13


Cuando llegamos nos encontramos con mi hermano y nos dijo que había encontrado una  casa y que tenía un amigo que nos la dejaba a buen precio.

Des del primer momento en que llegamos, nos sentimos como en casa, estábamos en un barrio muy tranquilo al lado de los bosques y los vecinos eran muy amables.  Dos semanas después de llegar, yo empecé a trabajar y la abuela, después de meses en casa decidió que quería hacer alguna cosa útil y se unió a un grupo ecologista llamado Dailywood.

No sé si has visto alguna vez como es Carolina del Norte, todo son bosques y pequeños pueblos. Durham es una de las pocas ciudades del estado y, todo y que ahora ya no quedan demasiadas zonas con vegetación, hace 50 años estaba lleno. Recuerdo que al lado de nuestra casa había un parque natural, le llamaban parque de las hadas y la leyenda dice que si pedias un deseo y abrazabas a un árbol pintado, se cumpliría.

                                                                                                                         

Escritora @AinaRib 
Éste capítulo es un poco aburrido, pero es la descripción del pueblo J  

viernes, 7 de junio de 2013

Capítulo 12


Durante meses estuvimos mirando donde poder ir a vivir, queríamos irnos lejos de ese sitio   cálido llamado California y vivir en otro sitio, y al final encontramos la oferta perfecta.

El destino hizo que dos semanas después de casarnos cogiésemos el coche y viajásemos durante cuatro días por la carretera hasta llegar a Durham, una ciudad de Carolina del Norte. Esa ciudad era perfecta para nosotros, era pequeña para empezar una nueva familia, ya que era una ciudad muy familiar.

El abuelo era un excelente narrador y desde el primer momento estuve enganchada a la historia.

-¿Y porqué fuisteis a Carolina del Norte y no a Montana, por ejemplo?

Entonces el abuelo sacó una postal y se volvió a meter en la historia de su vida.

-En esa época mi hermano se había cogido un año sabático y estaba viajando por los Estados Unidos. Él sabía que yo tenía problemas con mis padres porque ellos creían que no me podía casar con Mary porque tenía mala reputación, así que casa vez que visitaba una ciudad donde creía que podríamos vivir, me enviaba una postal diciéndome como era y que trabajos habían. Normalmente no le hacía caso porque me enviaba postales de sitios con trabajos imposibles, como la de Houston, donde decía que me podría convertir en un astronauta; pero el día que recibí ésta postal que tienes en la mano supe que era diferente, que nos sacaría de esa pesadilla.


Cuando la giré, la leí diez veces para ver si era cierto lo que veía, en esa ciudad había trabajo de guardabosques, ¡de lo que trabajaba antes que me despidiesen! Cuando se lo expliqué a tu abuela me dijo que eso era obra del destino y que no podíamos desaprovecharlo, así que dos días después de recibir la postal nos fuimos hacia allí. 

                                                                                                                               
Escritora @AinaRib 

jueves, 6 de junio de 2013

Capítulo 11


-Kai, ¡no!- dijo Mary mientras la seguía fuera de casa. 

Cuando la abuela, salió, el abuelo con cara de poker me sirvió un café.

-¡No, no!- le dije- Después de fastidiarnos y decirnos a mi madre que es adoptada, ¿piensas que me beberé un café que has hecho tu? Seguro que lleva alguna cosa tóxica que provocará mi muerte.

Por primera vez el abuelo estuvo a punto de llorar y me dijo:

-Aibeleen, soy tu abuelo y que no tengamos la misma sangre no lo cambia.

-Tienes razón, continuas siendo mi abuelo pero no sé si quiero tener uno que sea un secuestrador.

-¿¿QUÉ??- dijo el sorprendido.

-Ahora no te hagas el despistado, ¿cómo conseguisteis a mamá si no? Seguro que la cogisteis de un parque donde estaba jugando tan feliz, sin saber lo que le esperaba.

-Aibeleen, te estás equivocando, la abuela y yo no somos unos delincuentes, no secuestramos a tu madre, ¡la adoptamos!

En ese momento me sentí estúpida, des de que había salido de la universidad sólo había pensado que los abuelos eran unos secuestradores, ¡ni se me había pasado por la cabeza que la habían adoptado! La cara me cambió por completo, ya no estaba enfadada  por no haber explicado esto de mi madre, sino que me sentía avergonzada y estúpida. ¿Cómo había podido pensar que mis abuelos, que no matarían ni a una mosca, eran unos secuestradores?

-Abuelo, lo siento, es que yo pensaba que…

-Aibeleen, todas las cosas pasan por una razón, y la adopción de tu madre también.

Me dijo que le acompañase al sofá donde de pequeña me explicaba el cuento de Cenicienta antes de ir a dormir y me dijo:

-Aibeleen, ¿ves ésta casa? ¿Y éste barrio? Mucha gente dice que es peligroso, que la gente de éste lugar es violento, pero las apariencias engañan.

-Abuelo, ¿qué quieres decir con esto…?

Y entonces el abuelo me explicó la historia:


-Todo empezó hace ahora 50 años, la abuela y yo nos conocimos tres años atrás y después de todos los problemas que tuvimos para poder estar juntos, al final nos casamos. Cansados de la gente de nuestro alrededor, nos mudamos lejos, donde no les viésemos nunca más, pero el que no sabíamos era que íbamos a un sitio aún peor de donde estábamos.

                                                                                                                            
Escritora @AinaRib 

martes, 4 de junio de 2013

Capítulo 10


-¡Hola hija!- dijo mi madre con una sonrisa- ¿Cómo te ha ido el cole? 

-No lo sé- dije mirando mis abuelos con una cara desagradable-, hoy me han suspendido un trabajo de genética.

-¿Por qué? –dijo mi madre preocupada.

-No lo sé, me lo podríais explicar vosotros abuelos- dije tirando el trabajo en la mesa.

Entonces mamá vio la nota del principio donde le profesor había escrito que  se tenía que haber especificado que mi madre es adoptada.

-Mamá, ¿qué es esto…?- dijo enseñando la nota- Se han equivocado, no…

La abuela cambió la cara, me miró y me dijo:

-Habías de averiguarlo, ¿verdad? Habías de investigar y ver que mi hija, ¡MI hija no es biológicamente mía! ¿Tanto costaba cerrar la boca y vivir con este secreto…?


De repente los llantos se escucharon por toda la habitación, mi madre, la persona más fuerte del mundo, la que había aguantado la familia durante los años más difíciles sin quejarse, acababa de encontrarse de cara con su propia pesadilla, la realidad.

                                                                                                                            
Escritora @AinaRib

lunes, 3 de junio de 2013

Capítulo 9


Después de hablar sobre la nota con el profesor, cogí un taxi y me fui a casa de mis abuelos, pero esa vez era para que parasen de mentirnos y que me dijesen la verdad.

Durante el trayecto de Columbia hasta Harlem, estuve pensado la razón por la cual los abuelos no nos habían explicado la adopción de mi madre, puede ser porque habían sido unos secuestradores….¿Podía ser que habían secuestrado la madre de una familia feliz para llevársela y hacerla suya? No podía ser que fueran criminales, eran demasiado buenos para serlo, ¿o no? Des del primer momento que me subí al taxi, me arrepentí de mis actos: una parte de mi decía que puede que lo mejor sería dejarlo estar y hacer ver que no sabía nada (así evitaríamos problemas y nuestra familia continuaría unida); pero la otra parte decía que mi madre se merecía saber quien eran sus padres. Al final, por desgracia ganó la segunda parte.

Era un día de primavera, parecía marzo cuando el secreto salió a la luz. Las flores del jardín ya había florecido y se veía una mezcla de colores alrededor de la casa de los abuelos. Cuando llegué, observé la casa detenidamente recordando todos los buenos momentos pasados allí durante mi infancia, y por enésima vez tuve la idea de rendirme, pensando que al fin y al cabo si los abuelos no habían dicho nada sería por una buena razón, pero al final la curiosidad me pudo.


Cuando entré, escuché unas risas que venían de la cocina y entonces vi que mamá estaba allí, no era el que tenía pensado, no quería que mi madre se enterase así, pero sabía que si no lo decía en ese momento no tendría el coraje de decírselo otro día. Así entonces, entré en la cocina preparada para las consecuencias de mis futuros actos. 

                                                                                                                            
Escritora @AinaRibe