lunes, 3 de junio de 2013

Capítulo 9


Después de hablar sobre la nota con el profesor, cogí un taxi y me fui a casa de mis abuelos, pero esa vez era para que parasen de mentirnos y que me dijesen la verdad.

Durante el trayecto de Columbia hasta Harlem, estuve pensado la razón por la cual los abuelos no nos habían explicado la adopción de mi madre, puede ser porque habían sido unos secuestradores….¿Podía ser que habían secuestrado la madre de una familia feliz para llevársela y hacerla suya? No podía ser que fueran criminales, eran demasiado buenos para serlo, ¿o no? Des del primer momento que me subí al taxi, me arrepentí de mis actos: una parte de mi decía que puede que lo mejor sería dejarlo estar y hacer ver que no sabía nada (así evitaríamos problemas y nuestra familia continuaría unida); pero la otra parte decía que mi madre se merecía saber quien eran sus padres. Al final, por desgracia ganó la segunda parte.

Era un día de primavera, parecía marzo cuando el secreto salió a la luz. Las flores del jardín ya había florecido y se veía una mezcla de colores alrededor de la casa de los abuelos. Cuando llegué, observé la casa detenidamente recordando todos los buenos momentos pasados allí durante mi infancia, y por enésima vez tuve la idea de rendirme, pensando que al fin y al cabo si los abuelos no habían dicho nada sería por una buena razón, pero al final la curiosidad me pudo.


Cuando entré, escuché unas risas que venían de la cocina y entonces vi que mamá estaba allí, no era el que tenía pensado, no quería que mi madre se enterase así, pero sabía que si no lo decía en ese momento no tendría el coraje de decírselo otro día. Así entonces, entré en la cocina preparada para las consecuencias de mis futuros actos. 

                                                                                                                            
Escritora @AinaRibe

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